Lo que uno intenta comunicar con el roleo, los demás jugadores lo pueden interpretar de otro modo porque se imaginan un objeto diferente
No es un objeto diferente, es el mismo, con más opciones de roleo si se le llama equipo de boticario. Un equipo de boticario puede ser de muchas maneras, un maletín siempre será un maletín, infantil como el de guilletierno o de supermédico tipo las pelis del siglo XIX, pero un maletín.
Un doctor, puede ser roleado de muchas maneras, me gustaría pensar que tienes imaginación para sacárte del científico que todo lo tiene ordenado a la perfección, porque está muy visto, ¿no te apetecería más un científico loco con su equipo de boticario ordenado a su manera y con forma de lo que imagines? La cuestión está en el reto de hacer que los demás vean cómo es tu equipo, seguramente el más original y raro, y no que todos los boticarios del mundo verde tengan un aburrido maletín hecho en serie (sí, sí, con cuero y tal y cual... lo hemos dicho 3 veces).
Es un ejemplo burdo, pero vale, porque es el mismo concepto que se aplica.
Sí, no es un ejemplo muy brillante, así que me pondré en el mismo lugar. ¿Todos tendríamos que ser con pelo negro porque entonces una descripción de un cabello violeta con cresta y trenzas no sería comprendido? ¿Te parece demasiado complicado porque hay cierto riesgo de que la gente no lo vea como tú lo imaginas? ¿Y los calvos, entonces no existirían? O..... ¿Y por ejemplo un simple recurso como el azúcar? Lo dejamos en granitos? en bloques? glass? en polvo? blanco, moreno?...... mejor no lo limitamos y le ponemos azúcar y que cada uno lo rolee como quiera según el momento, ¿no crees?
De hecho, hay cientos de maletines que encajarían con esa descripción, incluso hay algunos que se cuelgan del hombro.
Repito: Pero finalmente, un maletín
¿Cómo se imaginan eso?
De mil maneras, claro que está en la capacidad de imaginación y situaciones de roleo que puedas llevar a cabo e igual no te ves con capacidad de ir más allá que de un maletín de boticario. Ahí no me meto en lo tuyo.
No sé a vosotros, pero a mí una de las cosas que más me gustan de Cantr es la poca limitación que se nos pone para dejar libre la imaginación de todos, con pocas y sencillas cosas nos han dado siempre juego para dar lugar a un montón de situaciones graciosas, peculiares e incluso esperpénticas. Si a todos los objetos, le ponemos cierta limitación, también se nos va limitando nuestra forma de actúar e imaginar.