Rita la Cantaora nació en los bosques de Flikarov, cuando se presentó nada más nacer, el único hispano que había le dijo que no hablase en alto, que los holandeses que allí vivían seguían las órdenes de una despiadada vieja holandesa y asesinaban a todos los hispanos en cuanto se descuidaban, pero a él no le tocaban.
Aquel hombre se llamaba Ostras Pedrín y cuidó de Rita durante los primeros años de su vida, juntos talaban árboles para irse a hacer un barco y poder escapar de los holandeses. Durante toda esta larga época, nacieron más hispanos y a cada uno lo avisaban de lo mismo. Cuidado con aquella loca bruja holandesa. Juntos se organizaron como pudieron y al final consiguieron hacer su barco. Rita y Ostras un día decidieron que no se separarían y fueron de viaje en su barco, mientras los nuevos amigos de Flikarov juntaban recursos. Cuando volvieron a Sil, allí estaba Fernanda, la mujer que se encargaba de todo en los bosques en su ausencia, juntando caliza.
Ostras le dijo a Rita que fuese para casa, que Fernanda y él regresarían pronto, pero sólo regresó la mujer. Rita esperó y esperó, había aprendido a ser paciente gracias a él y no quería molestarle. En esta larga espera, Fernanda y Rita vieron la oportunidad de devolverle a la vieja asesina su merecido y entre ligeros susurros, la encerraron y la mataron a sangre fría golpeándola durante 3 días. Cuando por fin la mataron, descubrieron entre otras muchas cosas, cadáveres de gente hispana. Los amigos de Ostras, aquellos que la vieja mataba... conservaba sus cuerpos como trofeos.
Juntaron un gran botín, y Rita, sin aguantar más, fue a buscar a Ostras a Sil. No le encontró, ni su anillo, ni nada de él. Sólo unas notas tiradas en el suelo, eran de él no había duda, algo le había pasado.
Preguntó una y otra vez por él, sólo quería sus cosas, su anillo. Nombró las llaves una por una pero nadie le hizo caso y los que lo hicieron decían que no sabía nada. A Rita se le rompió el corazón. Le había dejado solo y había desaparecido, después de tanto esfuerzo.
Volvió sola para casa y ocultó su dolor, no hablaba, no comía pero no se quejaba y tras estos días de lucha interna su cuerpo se desequilibró. A veces organizaba todo y no paraba de trabajar de manera incansable, con proyectos, planes, ideas y otras... otras se moría de pena y dejaba de moverse, de pensar y de sentir. Era en esos momentos cuando todo se volvía negro y necesitaba salir de allí. Con alguna excusa le decía a Fernanda que iba a por algo y se iba lejos en su todoterreno, escuchando la radio y recorriendo caminos sin rumbo. Cuando volvía a ser ella, regresaba a casa, pero cada vez eran más frecuentes los viajes y cada vez intentaba estar menos en casa. Con el tiempo la herida, en vez de curarse, se hizo más grande y cuando estaba allí no podía parar de pensar en Ostras, en lo que hubiesen hecho o dejado de hacer, en aquellos sueños de vivir juntos.
Rita intentaba aguantar y sobreponerse por sus amigos, Fernanda y Simbo, a los que quería como a nadie e incluso al callado y seco Ulises que le hacía reir con su obsesión por el órden y sus continuos enfados, pero un día, de viaje, la nube negra volvío al corazón de Rita y se quedó en Sil. Le hablaban en la ciudad sobre ayudar a unas cosas y otras, la situación era peligrosa pero le daba igual, no escuchaba ni veía, sólo se encerró en una habitación y cerró los ojos.
Perdóname Fer!!!!!
(No sé si se me olvida alguien o si va bien el órden cronólogico pero más o menos xD)