como lo prometido es deuda, continúo con ésta historia
guilletierno wrote: Amanece, pero no veo el sol salir, estoy dentro del edifico del trigo, junto con mis compañeros, y la chica del barquito. Ella está desesperada, y no es para menos, la única llave de la cerradura la tiene esa maldita, y no nos dice nada, solo nos tiene encerrados. Me paro junto a la chica e intento echar abajo la puerta, llamo hasta que los nudillos comienzan a doler.
Luego de lanzar muchas notas por debajo de la puerta, llega una nota de vuelta.
-¿que dice? - me preguntan impacientemente
-existe una orden de captura con nuestros nombres, nos llaman los tres de Morn, y nos acusan de piratería. Está Firmada por quien dice ser la Capitana de La Compañía Colonizadora
-¡Maldita banda de piratas!
...
No hay nada que podamos hacer, tenemos solo lo que cargábamos cuando nos encerraron... escudos de hierro yo y mi socio, las chicas escudos de madera. un puñado de comida, para menos de 30 días, piedra, una paleta, estiércol seco. Mas de un kilo de harina. No nos servirá de mucho.
Me acerco a la chica del barquito, ella está desesperada.
-Quiero pedirte un favor muy importante-le digo-
-Dime - contestó nerviosa-
Le entrego todo lo comestible que tengo encima
-Quiero que raciones mi comida, me darás lo necesario para pasar el día, un día si y otro día no. así podremos aguantar y tú no pasaras hambre
Al principio se niega, pero luego de un rato la logro convencer de que es lo mejor.
Mi socio quiere hacer algo, invento un discurso para mantenernos unidos, pero, derechamente, no sabemos como hacer para salir. Seguimos enviando notas hacia fuera, con la esperanza de que algún marino de paso y con buen corazón las lea. es una esperanza vana, pero hay que mantenernos cuerdos y vislumbrar, de alguna forma, un futuro.
Comenzamos a hacernos lanzas de hueso, no son muy buenas, pero es la mejor arma que podemos hacer.
----
Han pasado unos cuantos días, y ella comienza a desesperarse otra vez, dice que no quiere ser la última en morir aquí, no quiere comer. Le hago una promesa con tal de que no deje de vivir. Si es necesario la romperé para mantener su bienestar.
-No te preocupes, yo me encargaré de que mueras si vemos que no hay otra salida
Luego de verla tranquila, descanso un poco. Al tiempo después, otra vez está intranquila. Me acerco a ella, cojo sus manos entre las mias, le miro a los ojos. Ella está muy nerviosa intenta alejarse, a la vez quiere estar cerca mio. Clavo mi rodilla en el suelo y la miro desde ese angulo.
-Izanami, ¿Quieres ser mi novia?
Ella se arrodilla y me abraza con mucho cariño. Esto es un Si por donde se lo mire. he logrado mi objetivo, su atención ya no está afuera, está aquí, todos sus sentidos están puestos en mi, en este frágil hombre que no la ha podido proteger mucho.
Es hora de hacer algo. La orden de captura tiene un vacío, y es que solo nos nombra a mi y a mi socio, no a las chicas. Escribo una nota pidiendo, no, exigiendo su excarcelación inmediata. Si tengo que morir no quiero hacerlo frente a ella.
Al día siguiente entra un muchacho, mucho mas joven que yo, y mucho mas Famélico. este tipo morirá en uno ó dos días si no come algo. Le entrego harina, estiércol seco y mi tabla de piedra. Cocina algo muchacho, carcelero. Nos cuenta que la situación allá fuera no es mejor. en éste pueblo no hay nada que se pueda comer crudo, y no hay fuentes de combustible. Sale de nuestra prisión con ella, la puerta se cierra tras ellos, yo me derrumbo. Se que jamás la volveré a ver, que esta será nuestra tumba. Nuestra suerte ya está echada.